Los jugadores toman el rol de pintores de frescos que, por orden del obispo, tendrán que restaurar el gran fresco del techo de la catedral y restaurar su gloriosa imagen para la vista de todos.
Para conseguirlo deben planificar bien sus jornadas, con lo cual levantarse temprano o más tarde tiene sus beneficios y consecuencias. Es necesario comprar pinturas para el encargo de la catedral, mezclar nuevos colores y restaurar el fresco.
Si los ingresos se agotan, entonces hay que aceptar otros encargos para realizarlos en el estudio propio. A menudo los ayudantes están de mal humor y sólo una visita al teatro puede ayudar a que se animen…
Solamente aquél que planifique bien sus jornadas conseguirá la mayor cantidad de puntos, convirtiéndose en el pintor de frescos más exitoso.
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